Esta ya va a ser la última película de Ghibli que reseñe en el blog por el momento, y la he dejado para el final por ser la más infantil de todas las películas del estudio, pero no por ello la menos entretenida.
Ponyo es una «sirenita» del mundo moderno, que se mueve por el deseo de independencia y de descubrir la vida más allá del mar, y es hasta ahí donde encontramos similitudes con la sirenita de Disney, el resto de la trama se moverá entorno a la contaminación de los océanos y los tintes mágicos con los que Miyazaki intenta arreglarlo, echando mano de la magia y criaturas divinas.
Identificado el tema principal con el que poder trabajar en el aula, además contamos con un elenco de secundarios sobre los que apoyar reflexiones de índole más personal: un padre ausente y una madre trabajadora criando a un niño pequeño, un niño que dedica su tiempo a entretener a personas de la tercera edad, el abandono de las personas mayores…
A diferencia de otras películas que no recomiendo para cualquier edad, en este caso quizá limitaría la edad máxima a la que ver la película para poder disfrutarla, ya que se trata más de un cuento infantil que de una película con complejos mensajes simbólicos, que también los tiene, pero os dejo que los descubráis vosotros mismos.