El día está siendo agotador. Llevo toda la mañana y parte de la tarde delante de la pantalla del ordenador, corrigiendo sucesiones interminables de palabras que se entrelazan contando la historia de unos enamorados.
Me detengo al comienzo de la penúltima página y me froto los ojos con los dedos. Suspiro. Ojalá todo fuese tan simple como en estas historias…
En la página 28 encontraréis la continuación de esta historia que escribí hace años… y con la que gané un pequeño premio y el apoyo de una revista para publicar el relato.
Espero que la disfrutéis, y hagáis de este verano un verano inolvidable.