Esta película, que continúa con la saga de películas del Studio Ghibli, nos acerca a la historia de una brujita que se despide de sus padres para buscar su lugar en la sociedad.
La película es un cuento lleno de magia, pero al mismo tiempo también nos habla de emociones muy humanas. Su principal mensaje nos transmite que todos y cada de nosotros tenemos un talento, en el que debemos creer, aunque otros no lo hagan, porque siempre encontraremos a personas de nuestro lado. Siguiendo en la misma línea también nos encontramos con un coprotagonista que a pesar de su corta edad sueña con tocar el cielo, y sus ideales no se detienen ahí porque podemos verle como un creativo inventor que durante toda la película no cesará en sus intentos por ver cumplido su sueño.
Lo más bonito de esta película se encuentra en que todos estos retos y emociones están envueltos en una atmósfera de alegría y sonrisas. Aunque también encontramos momentos muy duros para los protagonistas, la visión optimista de todos los que les rodean les impulsa a seguir adelante.
Sin grandes hazañas y con héroes de a pie, esta película es un claro ejemplo de superación, madurez… de lo que significa crecer, y puede servir para trabajar con nuestros alumnos en el aula todas estas emociones y la inteligencia intrapersonal, tan necesaria y muchas veces relegada a un segundo plano por la interpersonal.