Esta semana hemos terminado de ver la película de Charlie y la fábrica de chocolate en la clase de cuarto de primaria, y después de hacer un breve debate sobre ella, sugerí inocentemente a mis niños que inventasen sus propias gominolas y nos las presentasen al resto de la clase, y… menuda experiencia!! Os dejo con algunas de sus ideas:
- Un caramelo que curase todas las enfermedades del mundo.
- Una tableta de chocolate de las emociones, para poder comerla cuando estés triste y volver a ser feliz.
- Una piruleta que controla la temperatura del cuerpo para no pasar ni frío ni calor.
- Una serie de caramelos con los que poder hablar y entender diferentes idiomas.
- Un chocolate para hablar con los animales.
- Un helado picante solo apto para valientes.
Y estas son solo algunas de todas las ideas que nos presentaron, mostrando una creatividad innata que solo necesita de la motivación necesaria para surgir.
Por vivencias como esta, me encanta mi profesión, y estoy orgullosa de todos y cada uno de los geniecillos a los que tengo el placer de conocer.